Carlos Crespo Flores
Una entrevista concedida por el presidente Evo Morales a Claudia Benavente de La Razón (LR, 6/VIII/2011) permite visualizar varios “olvidos” e imprecisiones conceptuales que se están repitiendo en el “caso TIPNIS”.
http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2011080904
Para animar el necesario debate público señalaré algunos de estos.
Para animar el necesario debate público señalaré algunos de estos.
1. El presidente ha lamentado que“algunos hermanos conviertan en negocio su movilización” y compara con los sindicatos cocaleros, de los cuales es su presidente por casi 20 años: “Ahí, mi gran satisfacción son las Seis Federaciones del Trópico
cochabambino; nunca han dependido de las organizaciones no
gubernamentales (ONG), de partidos, ni de empresarios. Nuestra lucha
siempre fue autofinanciada”. Dicen que la historia la escriben los vencedores, pero existe la
memoria. A lo largo de la vida sindical del actual mandatario la
relación con las ONGs ha sido importante. En la década del 80’ se
estructuró el Equipo Técnico Campesino (ETC), conformado por un grupo de
intelectuales y técnicos que entonces trabajaban en ONGs del
Departamento de Cochabamba, quienes hicieron una alianza para apoyar la
lucha cocalera; entre ellas CIDRE, CINEP, CEDIB, CERES, que pusieron
dinero y personal para, no solo apoyar la formulación de un plan de
desarrollo del trópico alternativo a la propuesta del gobierno de
entonces y USAID, sino también asesorar políticamente en la coyuntura al
líder máximo y su directiva. Estas ONGs estaban relacionadas con
partidos políticos de entonces, como el MIR y el FRI.
2. El presidente en sus palabras:
“Yo he llegado a la conclusión de que cualquier proyecto de
exploración, construcción o electrificación, tiene un efecto ecológico.
Las consultas son para ver cómo hacemos que el efecto no sea mayor; y luego: “
De manera general, seamos sinceros, en cualquier proyecto, lo que hay que evitar es que tenga mayores efectos”.
Todo este tiempo, y sintetizada también en la entrevista, el
presidente nos está diciendo que las mega obras son necesarias para el
progreso del país, y mecanismos como la consulta pública buscan
minimizar, reducir los impactos y otorgar compensaciones a los pueblos
afectados. La autoridad máxima del país repite a los organismos
internacionales, las corporaciones y los países industrializados que ven
en nuestros territorios cotos de caza para satisfacer la insaciable
demanda de la máquina engullidora que es el capitalismo global.
Mientras, los indígenas del TIPNIS están afirmando que la consulta
pública es una herramienta precautoria, que permite tomar decisiones
estratégicas previas a la construcción de cualquiera de estos proyectos,
incluyendo su suspensión si existen evidencias suficientes para ello,
como en este caso.[1]
3. Para el presidente, los sindicatos han logrado parar los asentamientos:
“Valga la ocasión para aclarar: en 1988, ya un 7% y 8% del Parque
tenía asentamientos; el gobierno de Víctor Paz Estenssoro los sacó a
todos. Al gobierno de Jaime Paz Zamora se le planteó que las
federaciones controláramos que nadie más entrara al Parque. Desde
entonces, nadie más se ha asentado. Pero, las evidencias son distintas a la apreciación presidencial:
solo el 2006 se registraron 1.451 hectáreas de coca (ilegales) y que en
esas zonas ya habitan unas 2.5000 familias (LR 8/VIII/2011). Un estudio
del PIEB ha mostrado que entre 1976 al 2007 se perdieron aproximadamente
50.000 hectáreas de bosque primario por la conversión en suelos
agrícolas, particularmente en la parte sur, cerca de municipios
cocaleros como Villa Tunari (Página 7, 30/VI/2011). Hoy, los
asentamientos cocaleros se han ampliado, como ha denunciado el hoy
expresidente de la subcentral TIPNIS, Adolfo Moye (LT, 14/VI/2011).
4. “Antes de eso, en 1930, el gran gamonal del Estaño Simón I. Patiño ya
había proyectado un tren Cochabamba-Trinidad. La prueba es Puerto
Patiño; hasta ese punto pudieron avanzar los técnicos de Patiño, pero
regresaron. Es un proyecto que ya tiene tiempo; data del auge del
estaño…Además, las instituciones del departamento de Cochabamba sacaron
el año pasado una solicitada en el diario Los Tiempos diciendo que hemos esperado este camino desde el año 1826”. La idea de un camino
que integre Cochabamba – Trinidad es una idea civilizatoria antigua de
las elites cochabambinas, Patiño fue uno más. Para todos ellos el tema
era que hacer con los indígenas? Ha sido la pregunta y obstáculo a este
proyecto; hoy otra vez se plantea el dilema.
5. “Las consultas se van a hacer, pero revisemos los acuerdos
internacionales o la misma Constitución; las consultas no son
vinculantes. No nos engañemos, son para que haya menos contaminación por
un proyecto, pero no son para que las empresas que buscan petróleo, o
el Estado, sean chantajeados o extorsionados. Y luego les ponen 15 ó 20
millones y ya”. Una de las críticas realizadas al sistema de evaluación de impacto
ambiental boliviano establecido por proceso neoliberal es que se ha
convertido en un formalismo burocrático antes que un instrumento de
gestión ambiental, esto es de toma de decisiones previa a la
implementación de una obra. La licencia ambiental es un requisito
formal, así como lo es pagar impuestos. Hoy, la consulta pública tal
como es interpretada por el gobierno, al no ser vinculante, esto es ser
instrumento precautorio, se convierte en un formalismo más para
habilitar la construcción de la carretera. Ingenuamente se creyó que el
“proceso de cambio” iba a modificar esta situación, pero es más de lo
mismo.
6. “¿En qué parte del mundo nunca ha pasado una carretera por un parque nacional? Evidentemente, eso se tiene que hacer con normas”. Otra imprecisión del presidente, los parques nacionales son áreas
protegidas donde en su zona núcleo están prohibidas todo tipo de
actividades económicas, mucho menos construir carreteras como en el caso
del TIPNIS. Por ello, es optimista considerar la propuesta de los
liderazgos cocaleros, “que en esos 60 kilómetros del TIPNIS, por medio de una ley, se prohíba que haya nuevos asentamientos en la ruta”. Gobiernos neoliberales no lo detuvieron y uno pro cocalero por que
lo haría? Así como la ley Marcelo Quiroga Santa Cruz solo ha servido
para que la corrupción se transforme, una ley de protección para el
TIPNIS no detendrá la incursión cocalera al territorio indígena.
7. “Estoy sorprendido; queremos conversar, pero nos quieren chantajear.
En su última marcha, la CIDOB…decía que si le dábamos la ABT (Autoridad
de Fiscalización de Bosques y Tierras) dejaban de marchar. La ABT es la
autoridad responsable de la madera. Nos plantearon que todos los parques
y reservas pasen a manos de la CIDOB”. El presidente se sorprende cuando en otros ministerios el cuoteo
ha sido práctica común: el ministerio del agua para El Alto, el
ministerio de minería para las cooperativas mineras, desarrollo rural
para los campesinos, el viceministerio de defensa social de los
cocaleros… Pero, más allá de ello, la sorpresa en realidad es porqué
hasta el momento los indígenas no han “chantajeado”, demandando
compensaciones a cambio de la carretera, para que les “
pongan 15 o 20 millones y ya”, como en otros casos, particularmente hidrocarburos (el último en
el Itikaguasu guaraní). Las comunidades del TIPNIS no quieren dinero,
simplemente no desean una carretera que destruirá irreversiblemente su
hábitat.
8. “También, varias ONG sacaron un documento que dice: Amazonía sin
petróleo. Mi respuesta fue que entonces también podríamos tapar los
pozos del Chaco boliviano, y ¿de qué va a vivir Bolivia?”.
El presidente conoce el proyecto del parque nacional Yasuni en el
Ecuador, donde las organizaciones indígenas y ecologistas han propuesto
sellar los pozos petroleros encontrados en este parque nacional y
territorio indígena, como aporte efectivo a la reducción de gases de
efecto invernadero, alternativo a enfoques mercantilistas de la
naturaleza como los mercados de carbono, a cambio del cual se demanda a
la comunidad internacional que pague a este país el 50% de lo que iban a
ganar explotando hidrocarburos, por el lapso de 13-15 años (tiempo de
duración de los campos). Este tipo de medidas se esperaba del “proceso
de cambio” en el tema ambiental y RRNN, por ejemplo, pero ni siquiera es
considerado por el gobierno, e iluminados por el mantra del “salto
industrial”, se limitan a repetir fórmulas mercantilistas y
estadocéntricas de la naturaleza y sus servicios.
9. Y la sorpresa del presidente Morales continua: Digo yo, ¿cómo mis hermanos pueden oponerse a que se explore en
busca de más petróleo, a que haya integración con caminos o a que se
construyan hidroeléctricas?
Otro “olvido”· del presidente: en todos estos años, primero como
líder cocalero y luego presidente de la república, ha conocido
internacionalmente las luchas indígenas en América Latina y el mundo
contra los efectos perversos de la explotación de RRNN en estos
territorios, hasta se ha solidarizado con ellos. El presidente se
pregunta, igual que modernizadores a ultranza previos, por que los
indígenas se niegan a ser modernos? Cornelius Castoriadis decía que los
países en vías de desarrollo “
estaban llenos de hombres que personalmente no se encontraban en “vías de desarrollo
” (Castoriadis, 1984:7)[2],
es decir no eran modernos. La modernización que se oferta con la
carretera simplemente destruirá pueblos y sociedades, formas de vida;
los indígenas han decidido no asumir los costos del progreso, por eso la
batalla final por el TIPNIS.
10. “Si yo fuera dirigente indígena de la zona, realmente aprovecharía el camino para desarrollar el turismo ecológico”. Hablando en lenguaje del FODA, tan caro a los planificadores del
gobierno, el presidente esta pidiendo que los indígenas vean la
carretera como una oportunidad antes que una amenaza, la posibilidad de
engancharse a la locomotora del progreso cuyo fogonero es el presidente
Evo Morales. Por ello, estos, como los niños deben ser educados y
guiados y sus jovencitas ser “enamoradas” para que acepten la carretera.
A fines de junio, los ecologistas lograron detener la construcción de
una carretera que partía en dos el famoso parque nacional Serenguetí, en
Tanzania; podrán los indígenas del TIPNIS detener los bulldozers? Tienen todo en contra, estado, corporaciones, cooperación
internacional, organizaciones sociales funcionales al gobierno,
cocaleros, pero no se confíen…
[1]
El principio precautorio afirma que mientras no se cuente con
información suficiente sobre los impactos de una actividad humana sobre
la naturaleza y mientras sus poblaciones no estén informadas
adecuadamente y estén de con los alcances de estos impactos, esta no se
la debe realizar.
[2] Castoriadis, Cornelius (1984) Reflexiones sobre el “Desarrollo” y la “Racionalidad”. Buenos Aires: Antropos.32 pp.
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