miércoles, 7 de septiembre de 2011

Las marchas y la mala memoria de la historia

Marco Octavio Ribera Arismendi
29 de agosto 2011

La marcha actual tiene las mismas premisas y principios de reivindicación que la marcha por la Dignidad Territorio de 1990, que acorraló al gobierno de coaliciones neoliberales de Jaime Paz Zamora y a los intereses de poderosas empresas madereras. La actual acorrala a un gobierno que ha hecho de la falacia y el doble discurso su credo, pero aún más, con el aditamento histórico no visto antes, de no dudar en enfrentar a los bolivianos para mantenerse en el poder y privilegiar intereses políticos y de ciertos sectores. Es una cruel paradoja  histórica y raya en el humor negro, que en pleno “gobierno del cambio”, los indígenas de tierras bajas estén peleando por su espacio vital que al mismo tiempo es un área protegida bajo riesgo crítico. Como un hecho histórico, esto tiene que quedar registrado, tiene que realizarse un esfuerzo, tanto para poner en evidencia la arrogancia y mala fe de los gobernantes y sus operadores, como para rescatar el sacrificio de unas minorías culturales que fueron siempre avasalladas y maltratadas por los dueños del poder.

Que no ocurra ahora, lo que ocurrió con la marcha de 1990, de la cual se conoce poco y se ha difundido menos. De esa marcha de 1990, casi quedó como héroe el señor Paz Zamora, por haber firmado el decreto que establece las TCOs indígenas, lo que no se dice o se difunde, es que la marcha, TUVO QUE LLEGAR A LA PAZ, con mucho sacrificio,  ante el rechazo y plena negativa del poder reinante en ese entonces, el cual escuchaba mayormente los intereses de las empresas que hicieron desaparecer la mara y el cedro en el Bosque Chimanes. En ese entonces la heroica marcha, como lo es la actual, apoyada por el clamor popular e internacional, obligo al gobierno neoliberal a firmar dicho Decreto. Muchos detalles y aspectos críticos o valiosos en términos históricos y sociales prácticamente se perdieron.

Por esta razón, personas, redes, medios, organizaciones, etc., deberíamos hacer una crónica detallada, un banco de memoria, con cada declaración infame de los operadores del poder actual, con cada declaración de los dirigentes indígenas, con artículos, notas, noticias y demás datos, y almacenarlos, para que la memoria permanezca viva y para que la historia no sea tan magnánima y complaciente con aquellos que van a propiciar la destrucción de un ícono del patrimonio natural y cultural, único e irrecuperable de este Estado que pretende ser pluricultural.

Fuentes
- Zulema Lehm Ardaya. 1999. Milenarismo y Movimientos sociales en la Amazonía boliviana. La búsqueda de la Loma Santa y la Marcha indígena por el Territorio y la Dignidad. APCOB
- Ramiro Balderrama. CIPCA. Tierra y Territorio, 3 de julio 2011

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