Patricia Molina
Mil setecientos marchistas indígenas recorrieron durante 17 días la distancia que separa las poblaciones de Trinidad y San Borja, con temperaturas de 35 grados, con lluvias torrenciales y también con el ultimo sur de invierno (baja temperatura). En San Borja fueron ovacionados y saludados por todo el pueblo, que en muestra de solidaridad les ayudó con agua y alimentos en el último y difícil tramo hasta llegar a esa población.
Su objetivo es llegar a la ciudad de La Paz para lo cual les falta
aún otros 15 o 20 días, pero deben enfrentar el bloqueo de nuevos
colonos trasportados desde Ixiamas hasta Yucumo, punto del bloqueo. El
bloqueo está impidiendo el paso de la ayuda que llega por la ciudad de
La Paz, pero no ha impedido que la prensa nacional e internacional colme
los hoteles de la población de San Borja.
El objetivo de los marchistas es que se cambie el trazo de la
carretera Villa Tunari San Ignacio que parte en dos el TIPNIS. Esta
carretera ha sido entregada para su diseño, licenciamiento y
construcción a la cuestionada empresa OAS de Brasil, y es además
financiada por el BNDES, el Banco de Desarrollo brasilero. Ellos
perciben que de no defender este territorio, todas las tierras indígenas
están amenazadas, no solo por megaproyectos diseñados fuera del país,
sino por las propuestas de ley que recortarán los territorios titulados
con mucho esfuerzo y sufrimiento.
Hace unos días, el ex presidente brasileño Lula da Silva estuvo en
Santa Cruz para apoyar a Evo Morales en su desatinada persistencia para
construir una carretera que nadie quiere, salvo los negocios brasileños y
del narcotráfico, tristemente en expansión en Bolivia. Se rumorea que
Lula es socio de OAS.
La desatinada carretera atravesaría uno de los sitios más especiales
del país y de la Amazonía, refugio pleistocénico durante las
glaciaciones, hogar de pueblos mojeños, trinitarios y yuracarés,
productores del más fino cacao de Bolivia, que transportan por río para
su procesamiento en la ciudad de Sucre. La VIII Marcha Indígena ha
despertado la solidaridad del país. Miles de estudiantes, jóvenes,
trabajadores, colectivos y personas sensibles marchan en las diferentes
ciudades del país, convocándose persona a persona, por las redes de
internet o por correo, pidiendo que el proyecto carretero quede sin
efecto o por lo menos se modifique el tramo. Las protestas son diarias,
la recolección de alimentos y vituallas también. Los medios están
copados con las noticias de la Marcha y del TIPNIS, los analistas
intercambian criterios para tratar de entender la tozudez del presidente
y sus ministros. El debate diario es sobre el TIPNIS.
Ni las elecciones para el poder judicial de octubre alcanzan un poco
de visibilidad, todas las miradas se dirigen a los pobladores indígenas.
Los cientos de mujeres que marchan son casi la mitad de todo el grupo y
llevan su hogar a cuestas, niños, bebés y ancianos, instrumentos para
cocinar y un equipo mínimo para dormir a la intemperie. Caminan
diariamente, a veces sin más comida que un poco de arroz. No se detienen
con las afrentas, ni con las acusaciones, no les interesa que escuchen
sus conversaciones telefónicas o les digan que están financiados.
Tampoco los han detenido hasta ahora las soberbias invitaciones al
diálogo emparejadas con calificativos denigrantes y prepotentes de las
autoridades. Han establecido una alianza histórica entre pueblos
andinos, quechuas y aymaras y pueblos amazónicos, del Chaco y el
Pantanal. Esa es su mayor fortaleza.
Los activistas del país y del mundo asistimos a una lección de vida
conmovedora, para nosotros y para nuestros hijos, quienes gracias a este
sacrificio indígena tal vez consigan conocer un día a los niños indios
que pescan con sus flechas, expertos navegantes de ríos y lagunas.
Quien sabe puedan ver el bosque en pie y las aves que recorren miles de
kilómetros en su ruta desde el Norte o desde Pantanal. Disfrutarán de
las delicias del sabor del chocolate silvestre, que nada tiene que ver
con la manteca coloreada de los expendedores de chatarra. Y escucharán
la música de los buscadores de la Loma Santa, porque el TIPNIS es
también una reserva musical.
Los pueblos del TIPNIS nos necesitan. Acudamos al llamado de la vida.
Link del video: Territorio y Dignidad
Tambien puedes ver 119 fotos para conocer el TIPNIS.y saber de la VIII Marcha Indigena (www.fobomade.org.bo)
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